A nueve años del derrumbe del Centro Mundial del comercio, luego de un atentado terrorista propiciado por Al-Qaeda, convirtiéndose en lo que la ONU denominó "horrendo ataque terrorista" y dio inicio a la guerra mundial antiterrorista, vale recordar aquél fatídico 9-11
1.-El Centro Mundial del Comercio (World Trade Center - WTC) fue diseñado por Minoru Yamasaki a principios de los años 1960.
El diseño de Yamasaki fue revelado al público el 18 de enero de 1964, donde se mostraba una plaza entre las dos torres.
Los edificios fueron diseñados con ventanas estrechas de 45 cm y oficinas amplias, lo cual reflejaba el miedo de Yamasaki a que los inquilinos se sintieran inseguros dentro de los edificios.
El diseño de cada torre contaba con fachadas envainadas en aleación de aluminio las cuales se ensamblaban una a una a medida que las torres ganaban altura.
Este complejo comenzó a edificarse en 1966 con la Torre Norte, seguido por la torre Sur.
La primera fue concluida en 1972 y la segunda en 1973, año en el que se inauguró el complejo.
Además de contar con las dos torres, el Centro Mundial del Comercio contaba con otros cinco edificios:
El WTC 3 que es la sede del Hotel Marriot, el WTC 7 un edificio un poco más alejado de las torres y entre 1972 y 1977 se construyeron WTC 4, 5 y 6, pequeños edificios que tienen alrededor de 9 pisos de altura.
Todos los edificios del complejo WTC fueron destruidos debido a los daños ocasionados durante el atentado del 11 de septiembre de 2001.
Gran parte del material extraído de la excavación de los cimientos de esta construcción se utilizaron en la edificación del Batttery Park City al lado oeste de Manhattan, parque que se encarga de exaltar las batallas luchadas por los Estados Unidos.
Antes del atentado del 11 de septiembre de 2001, las Torres Gemelas habían sufrido un atentado ocho años antes.
El 29 de febrero de 1993 un carro bomba contenía 680 kilogramos de explosivos se encontraba debajo del WTC 5, cerca de la Torre Norte, el objetivo del atentado era derrumbar el edificio, a pesar de que no lo consiguió se produjeron seis muertes y alrededor de 1000 heridos.
También se presume que este atentado fue realizado por grupos terroristas.
Los cuatro aviones salieron cada uno desde el Aeropuerto Internacional de Boston, el Aeropuerto Internacional Washington-Dulles y el Aeropuerto Internacional Libertad de Newark en Nueva York.
Los cuatro aviones tenían como destino el estado de California, hacia las ciudades de Los Ángeles y San Francisco, es decir que sus depósitos de combustible iban llenos con 91.000 litros.
Los dos primeros aviones fueron el Vuelo 11 de American Airlines y el Vuelo 175 de United Airlines los cuales se estrellaron contra las torres gemelas del World Trade Center, un avión contra cada torre, provocando que ambas se derrumbaran en las dos horas siguientes.
El tercer avión secuestrado fue el Vuelo 77 de American Airlines que impactó contra la esquina del Pentágono en Virginia.
El cuarto avión, que fue el Vuelo 93 de United Airlines, el cual no alcanzó ningún objetivo ya que los pasajeros y tripulantes intentaron recuperar el control y, debido a eso, se estrelló en un campo abierto, en Shanksville, Pensilvania, sin embargo según declaraciones del líder de Al Qaeda capturado Khalid Shaikh Mohammed dijo que el vuelo 93 tenía como objetivo el Congreso de los Estados Unidos.
Aparte de los 19 secuestradores hubo unas 2.973 personas fallecidas confirmadas y unas 24 continúan desaparecidas como consecuencia de los dichos atentados.
Sin embargo, se creó una comisión de supervivientes, en la que se reúnen a todos aquellos que lograron vivir después de este ataque y familiares de las víctimas. Según esta comisión aproximadamente 16.000 personas se encontraban en las zonas de impacto del complejo WTC en el momento de los ataques.
La gran mayoría de ellos sobrevivió, gracias a las labores de evacuación de los bomberos de Nueva York antes del derrumbe de las torres.
A pesar de la tristeza de la situación siempre alguien busca aprovecharse, así sucedió con la barcelonesa Alicia Esteve que se hizo pasar por superviviente del atentado.
Esta mujer adoptó una identidad falsa haciéndose llamar Tania Head; e incluso llegó a ser presidenta de la Red de Supervivientes de la catástrofe del World Trade Center.
Gracias a The New York Times se reveló su fraude y al diario español La Vanguardia se descubrió su verdadera identidad.
Los secuestradores se dividieron en cuatro grupos, cada uno de ellos con un piloto que se encargaría de comandar el avión una vez ya reducida la tripulación de la cabina.
Según revelaron los testimonios desde los propios aviones (gracias a las cajas negras o llamadas de los tripulantes con sus teléfonos celulares), los secuestradores habían tomado el control de los aviones usando navajas con las que mataron a las azafatas de vuelo y al menos a un piloto o pasajero.
Según las investigaciones de la Comisión del 11 de septiembre, se tiene constancia también de que fue usado algún tipo de spray para retener a los pasajeros en la cabina de primera clase.
También se amenazó con la presencia de una bomba en tres de los aviones; no fue así en el American Airlines 77.
Según las conclusiones de esta comisión, se piensa que los avisos de bomba eran probablemente falsos.
Diecinueve hombres árabes ingresaron en los cuatro aviones, cinco en cada uno, excepto el Vuelo 93 de United Airlines, que tuvo cuatro secuestradores.
Los atacantes, eran gente con estudios y de buenas familias.
En el Vuelo 11 de American Airlines:
* Mohammed Atta (egipcio y supuesto piloto)
* Waleed al-Shehri (saudí)
* Wail al-Shehri (saudí)
* Abdulaziz al-Omari (saudí)
* Satam al-Suqami (saudí)
En el Vuelo 175 de United Airlines:
* Marwan al-Shehhi (de los Emiratos Árabes Unidos y supuesto piloto)
* Fayez Banihammad (de los Emiratos Árabes Unidos)
* Mohand al-Shehri (saudí)
* Hamza al-Ghamdi (saudí)
* Ahmed al-Ghamdi (saudí)
En el Vuelo 77 de American Airlines:
* Hani Hanjour (saudí y supuesto piloto)
* Khalid al-Mihdhar (saudí)
* Majed Moqed (saudí)
* Nawaf al-Hazmi (saudí)
* Salem al-Hazmi (saudí)
En el Vuelo 93 de United Airlines:
* Ziad Jarrah (libanés)
* Ahmed al-Haznawi (saudí)
* Ahmed al-Nami (saudí)
* Saeed al-Ghamdi (saudí)
Inmediatamente luego de ocurridos los atentado de septiembre 11, el FBI y el Departamento de Justicia de EE.UU., identifico a 19 secuestradores fallecidos en apenas 72 horas.
Los terroristas no habían hecho esfuerzos en ocultar cualquier vestigio que pudiera identificarlos o relacionarlos con el atentado.
De esa forma se pudieron conocer datos específicos.
Las pesquisas del gobierno norteamericano incluyeron la operación del FBI PENTTBOM, la mayor de la historia con más de 7000 agentes involucrados.
Los resultados de esta determinaron que al-Qaeda y Osama bin Laden tenían la responsabilidad de los atentados.
A idéntica conclusión llegaron los estudios encargados por el gobierno británico.
Su declaración de una guerra santa contra los Estados Unidos, y una fatua (pronunciamiento legal islámico) firmada por Bin Laden y otros llamando a matar a civiles estadounidenses en 1998, son consideradas por muchos como evidencia de su motivación para cometer estos actos.
A pesar de que Bin Laden, líder del grupo terrorista, negó en reiteradas oportunidades cualquier participación en los hechos de septiembre, las investigaciones revelaron, través de cintas de video, la responsabilidad del grupo. Más tarde, antes de las elecciones presidenciales de EE. UU. de 2004, en un comunicado por video, Bin Laden reconoció públicamente la responsabilidad de al-Qaeda en los atentados de septiembre de 2001, y admitió su implicación directa en los ataques.
Dijo que los atentados se llevaron a cabo “porque somos gente libre que no acepta injusticias, y queremos recuperar la libertad de nuestra nación”.
Adicionalmente, se sabe que los conspiradores del gastaron f entre 400.000 y 500.000 dólares para planificar y conducir su ataque, pero los orígenes específicos del dinero usado para ejecutar los ataques permanece desconocido.
Una semana después del 11 de septiembre comenzaron una serie de atentados terroristas utilizando ántrax, una bacteria mortal.
Durante el curso de varias semanas, los terroristas utilizaron el correo para exponer el ántrax a periodistas, políticos y empleados civiles en Nueva York, Nueva Jersey, Washington DC y Florida.
Un total de 22 personas fueron contaminadas con ántrax, de las cuales cinco murieron.
Estos ataques acentuaron la inseguridad ciudadana y el clima de terror producidos por los atentados del 11 de septiembre.
La situación de alarma no se remitía sólo a la nación norteamericana, el mundo empezó a ser víctima de los rumores y de las misivas que se decían contenían la letal bacteria.
Los autores de los ataques nunca pudieron ser identificados.
El vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, afirmó que no le sorprendería encontrar a Osama bin Laden detrás de estos atentados y sostuvo:
“La única manera de mostrar responsabilidad es actuar considerando que podría haber un nexo.
Sabemos que Bin Laden ha intentado a través de los años obtener armas de destrucción masiva, tanto biológicas como químicas”.
Si bien los organismos de seguridad de EE. UU. no han podido identificar a los terroristas el Procurador General John Ashcroft mencionó al Dr. Steven Hatfill como una "persona de interés" potencialmente relacionada con los mismos, aunque no se le levantaron cargos.
Desde que se produjeron los atentados han surgido varías hipótesis a las que se suele agrupar bajo la denominación de teorías conspirativas, que sostienen que las conclusiones alcanzadas en la investigación oficial no resultan consistentes con los hechos.
En general, en estas teorías ponen en duda la posibilidad de que un Boeing 757 hubiera embestido contra el Pentágono; que las Torres Gemelas o la Torre Nº 7 del World Trade Center hubieran podido derrumbarse como lo hicieron a raíz del impacto de los aviones, y no como consecuencia de la colocación de cargas explosivas, en una demolición hecha a control remoto; que en el vuelo 93 de United hubiera existido un enfrentamiento entre los pasajeros y los terroristas.
Generalmente los autores afirman haber encontrado incongruencias que ponen en duda toda la versión gubernamental.
Algunas de las supuestas inconsistencias que los críticos mencionan serían el hecho de que, en teoría, era imposible que un avión pudiera acercarse al Pentágono sin accionar las defensas antiaéreas o que el FBI hubiese localizado el pasaporte intacto de uno de los terroristas dentro de los restos humeantes del World Trade Center. Otras incongruencias están basadas en las irregularidades económicas acaecidas, antes, durante y después de los atentados.
En cuanto a los autores, algunas de estas teorías sostienen que algunos miembros del gobierno de los Estados Unidos conocían los planes de atentar contra las torres gemelas pero no hicieron nada para impedirlos.
Otras llegan incluso a acusar directamente al propio gobierno de George W. Bush de planear y ejecutar los atentados.
Entre los principales opositores a la versión dada por el gobierno estadounidense se encuentra el periodista francés y director de la web de extrema izquierda Red Voltaire Thierry Meyssan, quien escribió un libro titulado La gran impostura.
En su trabajo, Meyssan exhibe una serie de razones y argumentos por los que, según él, no es posible dar por cierta la versión gubernamental.
Otro de los más acérrimos críticos es el profesor estadounidense David Ray Griffin, autor del libro Desenmascarando el 11-S, en el que hace un análisis punto por punto de los hechos ocurridos el 11 de septiembre de 2001.
Griffin afirma haber encontrado al menos 115 fallos lógicos graves] en la versión "oficial" de los atentados.
Como consecuencia de los hechos del 11 de septiembre el gobierno norteamericano tomó fuertes medidas de seguridad:
Se registraron las huellas de 80.000 árabes y musulmanes bajo la Alien Registration Act de 1940. 8.000 de ellos fueron entrevistados y 5.000 extranjeros fueron detenidos bajo la resolución conjunta del Congreso de los Estados Unidos 107-40, que autorizó el uso de fuerza militar para detener y prevenir terrorismo internacional en los Estados Unidos. La opinión pública se centró sobre todo en materia de seguridad nacional, e incluso se creó una nueva agencia federal a nivel de gabinete, el Departamento de Seguridad Nacional, reorganizando así la lucha antiterrorista. Asimismo se aprobó la Ley Patriótica (USA PATRIOT Act), suspendiendo y limitando algunas libertades y derechos constitucionales con el fin de aumentar la seguridad interna de los Estados Unidos. Esta medida ha sido duramente criticada por defensores de los derechos civiles, que ven en ella una violación de la privacidad de los ciudadanos, además de una relajación del control judicial sobre los cuerpos de inteligencia. El 11 de septiembre fue también el argumento utilizado por el gobierno de Bush para iniciar una nueva operación de la Agencia de Seguridad Nacional con el objetivo de registrar las comunicaciones de ciudadanos estadounidenses con el extranjero. Los cambios en la vida cotidiana de la población y la exigencia de un compromiso directo con la seguridad han sido considerables. En cada medio de transporte se han colocado carteles y altavoces que repiten la consigna "If you see something, say something" ("si ves algo, di algo"). Del mismo modo numerosos gobiernos aprobaron leyes antiterroristas o endurecieron las ya existentes, particularmente de cara al terrorismo islámico. Entre ellos estuvieron el Reino Unido, la India, Australia, Francia, Alemania, Indonesia, China, Canadá, Rusia, Pakistán, Jordania, Mauricio, Uganda y Zimbabue. Una consecuencia de dichas medidas fue la congelación de cuentas bancarias asociadas a Al-Qaeda. Los servicios de seguridad e inteligencia de varios países (Italia, Malasia, Indonesia, Filipinas...) arrestaron tras los atentados a personas relacionadas con células varias de al-Qaeda. Dichas medidas han sido objeto de críticas varias, que las ven como un atentado a las libertades individuales, como un recorte de derechos y, en general, como un aumento de la injerencia del Estado en la intimidad de los ciudadanos. Particularmente conocido es el campo de detención de Guantánamo, base estadounidense en Cuba, donde se encuentran numerosos prisioneros capturados como "combatientes ilegales". Dicho centro, criticado por Amnistía Internacional, la Unión Europea, la ONU y numerosas organizaciones más, ha sido reiteradamente denunciado como una violación de los Derechos Humanos.
El cine norteamericano, líder mundial, se vio seriamente afectado por los atentados de septiembre de 2001.
Muchas fueron las películas que se decidieron retocar o recortar para no mostrar las torres y no herir sensibilidades, caso más evidente el de ‘Spiderman’.
Pero años después ya parece que se han cerrado las heridas y los films que reproducen los hechos se agolpan en las carteleras.
Entre los films más destacados están: ‘World Trade Center’ (2006), de Oliver Stone.
Protagonizada por Maria Bello y Nicolas Cage, muestra las labores de rescate que se llevaron a cabo en la Zona Cero.
Bomberos, familiares de desaparecidos y personas que ofrecían su ayuda, excavan sin perder la esperanza.
Es la historia real de John McLoughlin y William J. Jimeno, dos de los últimos supervivientes que se rescataron gracias a que nadie se rindió.
También se encuentra ‘United 93’ (2006), de Paul Greengrass, que se centra en el cuarto de los aviones que fueron secuestrados ese día, aquel que no alcanzó el objetivo de los terroristas.
Con el mismo argumento existe un telefilm de Peter Markle titulado ‘Flight 93’ (2006).
Por otro lado está el polémico documental Fahrenheit 9/11 (2004) de Michael Moore.
Habla sobre las causas y consecuencias de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, haciendo referencia a la posterior invasión de Iraq liderada por ese país y Gran Bretaña.
Además, intenta determinar el alcance real de los supuestos vínculos entre las familias del presidente de los Estados Unidos en el momento de los atentados.