No es el objetivo relatar las características y “virtudes” personales y capacidad de gobierno del matrimonio presidencial que ya son ampliamente conocidos por la ciudadanía.
No hay analista político, económico o comentarista de cualquier medio que viva destacando las mencionadas “virtudes” y los desatinos diarios y permanentes en su gestión.
Estos son tan burdos y torpes, tan irracionales, que ya muchos ciudadanos, entre ellos analistas políticos y filósofos, se preguntan si el matrimonio real se encuentra en sus cabales y en su sano juicio.
Desde siempre, ambos conjugues presentaban evidentes anomalías psíquicas en sus complejas y conflictivas personalidades.
Después de la formidable bofetada recibida en los comicios del 28 de junio, los Kirchner se encerraron más aún sobre si mismo y su estrecho circulo de obsecuentes y sus patologías aumentaron, radicalizando su irracionalidad y su demagogia.
Más autistas que nunca, se encerraron en una burbuja absolutamente irreal desconociendo que la ciudadanía los había reprobado masivamente.
Si bien siempre es lamentable ver personas enfermas en esa situación de pronunciado desequilibrio psíquico y emocional, sus decisiones gubernamentales, cada vez más insólitas e irracionales, se traducen en grave perjuicio para el país, comprometiendo fuertemente el cada vez más dudoso futuro de los argentinos.
Esta insania cada vez más progresiva, se manifiesta en odio, rencor y resentimiento hacia muchísimos sectores del quehacer nacional, y cuando se mezcla con la mala fe y el engaño, la combinación no puede ser peor.
Simplemente unos ejemplos de hechos y decisiones insólitas recientes:
· Candidaturas testimoniales (Absurdo político).
· Un día antes de la reunión convocada por el Gobierno con la Mesa de Enlace
agropecuaria, la presidenta anunció en la ciudad cordobesa de Villa María un
aumento a 20 centavos del subsidio que el Gobierno abona por litro de leche para
los productores lácteos. (Demagogia y mala fe gubernamental).
· Modificación de la televisación del fútbol (Demagogia y errado empleo de los
recursos del Estado).
· Agudización del conflicto con el campo (Irracionalidad gubernamental llevada por el
rencor y resentimiento).
· Apuro en la promulgación de la nueva Ley de radiodifusión (Artilugio gubernamental
antidemocrático para aumentar su poder en los medios y oculta además un
descomunal acto de corrupción).
· Promulgación de la Ley de Superpoderes (Artilugio gubernamental para posibilitar el
uso discrecional de los recursos estatales).
· Hostilidad contra la prensa independiente. (Falencia en el espíritu democrático).
· Uso inapropiado de bienes del Estado (Corrupción).
· Inapropiada actitud y dichos del ex presidente de la Nación hacia la prensa y
maltrato a un cronista durante una conferencia de prensa. (Vulgaridad, prepotencia,
falta de educación y espíritu democrático).
Se podrían citar decenas de situaciones anormales y disparates gubernamentales que dejan entrever una falta de conducta, de análisis racional de los asuntos del Estado y un verdadero menosprecio a la capacidad de análisis e inteligencia de los ciudadanos.
La personalidad compleja y extraña del ex presidente, es una mezcla de egocentrismo, megalomanía, con una paranoia de delirios de una época pasada y una avanzada esquizofrenia.
La de su esposa no le va a la zaga:
Entre otras características psíquicas negativas, padece de trastorno bipolar, también conocido como psicosis maníaco depresiva.
Esta patología presenta frecuentes estados ciclotímicos, al alternar raptos de alegría y euforia y momentos de irritación y profunda depresión.
En estos últimos estaría impedida de razonar coherentemente y adoptar decisiones.
Transcribo unas reflexiones del conocido filósofo Santiago Kovadloff relacionada con el ex presidente:
“…. es una autocracia perfecta porque se funda en el ejercicio de la perversión.
¿Qué es un perverso?
El perverso llega adonde el neurótico no se atreve a llegar.
Ante la barrera que le impone la ley, el neurótico se detiene.
No así el perverso.
Este desconoce la legitimidad de todo intento de acotar su deseo.
En él, osadía e impermeabilidad a la ley son sinónimas.
El neurótico, en cambio, acata la norma, se subordina al límite.
La ley en él puede más que su afán de desmesura.
Lo que al neurótico le impide burlar el mandato de la ley, transgredirlo, es, más allá de la convicción, la angustia.
El perverso es insensible a la angustia.
La siembra, pero no la padece.
El goce que busca lo impulsa a violentarla.
Y la violenta.
De modo que la relación del perverso con la ley es, en términos psicoanalíticos, denegatoria.
Un ejemplo:
Si la opinión ciudadana, a través del pronunciamiento electoral, ordena al perverso que ejerce el poder que se detenga e introduzca un giro en sus políticas públicas, éste le dará la espalda a lo que se le exige y refrendará la vigencia de lo que el voto ha impugnado.
Su goce no admite ninguna restricción.
Es lo que, una vez más, acaba de evidenciar Néstor Kirchner.
Al preservar intacto lo que legítimamente ha sido desacreditado por el voto popular, consuma una auténtica restauración conservadora.
Capitalizando en su provecho las desmesuras parlamentarias del pasado, se acantona en la trasgresión vigente, acentuándola”.
En definitiva como conclusión, los destinos del país están en manos de dos personas que tienen diversas psicopatologías.
En otras palabras, dos insanos.
Saque el lector sus propias conclusiones de cómo anda y andará el país en los dos años que faltan durante el reinado de estos dos dementes...
Y como quedará para el tercer siglo de nuestra Patria.