domingo, 15 de noviembre de 2009

MAFIA DE LOS MEDICAMENTOS

Los laboratorios quieren desplazar del mercado a las droguerías
Fuentes muy cercanas al juzgado de Norberto Oyarbide señalan que el señor Héctor Conte acercaría información a la justicia sobre el funcionamiento del circuito de ventas de los medicamentos robados.
Conte se encuentra estrechamente ligado a Luis Cereijo h., que tiene a su cargo el gerenciamiento de la provisión de todo tipo de medicamentos al PAMI, en representación de los grandes laboratorios nacionales y extranjeros.
Este megacontrato entre “la industria”
Como se conoce a los laboratorios en la jerga de ese ambiente
Se firmó en el 2003 por indicación de Alberto Fernández a Graciela Ocaña
Entonces a cargo del PAMI.
El acuerdo entre Fernández y la industria dio así por tierra con la política de genéricos que se había legislado en el 2002, a instancias del ex Ministro de salud Ginés González García.

Vale todo

En el escenario actual, la investigación que lleva adelante Oyarbide es parte de la guerra por otro mercado: el de la provisión de los tratamientos especiales destinados al cáncer, Sida, transplantes, etc., que por sus altísimos costos son la crema del negocio.
Es una franja minoritaria de pacientes que representan enormes ingresos. Los grandes laboratorios no aceptarían que la provisión de los llamados tratamientos especiales sea suministrada por droguerías como Scienza y City Pharma.
Un importante operador de la industria estaría decidido a quedarse con el cien por ciento de la torta de esas ventas.

En esta ofensiva, la primera víctima fue Néstor Lorenzo, dueño de la Droguería San Javier, que había ganado la licitación para proveer al PAMI.
Pero la misma fue anulada -como informamos en otras notas- por Alberto Fernández y Ocaña.
La industria no habría sido desagradecida con el ex Jefe de Gabinete.
Fernández lo viene tratando de convencer al gobernador salteño Juan Manuel Urtubey de que se largue a la carrera presidencial.
El principal argumento de aquél es que cuenta con 50 millones de dólares para convertirlo al salteño en el Marco Henríquez Ominami argentino.
Tanta abundancia de fondos no sería ajena al megacontrato del PAMI.
Del proyecto político también participarían importantes compañías de seguros y Claudio Cirigliano, el dueño de de TBA.
En la despiadada guerra entre laboratorios y droguerías, la justicia es, entonces, un escenario, pero tiene mucho que ver la política nacional.
La única perdedora es la gente, que debe pagar cada vez más caros los medicamentos, que se encarecen por el procedimiento de cambiarle el packaging y reducir su contenido