sábado, 7 de noviembre de 2009

GRAVISIMO ATAQUE DE LOS CAMIONEROS

Gravísimo Ataque de los Camioneros de Moyano para frenar la salida de Clarín y La Nación
Militantes kirchneristas bloquearon las plantas de impresión de Clarín y La Nación durante horas.
Antes habían cercado tres de las distribuidoras de diarios y revistas.

Así buscaban que los diarios no lleguen a la gente.
Recién después de la 1, los camioneros moyanistas liberaron las plantas de impresión.
La Policía no intervino.
Se trató del más grave episodio en la escalada de sindicalistas afines al Gobierno de Cristina Kirchner contra los medios independientes.

Cronología de la escalada kirchnerista contra los medios 02:18 Hs

El bloqueo de anoche se suma a una serie de ataques contra los medios críticos de la gestión oficial.

El gobierno de Cristina Fernández llevó a un extremo impensado la presión sobre la prensa.

Desde que estalló el conflicto con el campo en marzo de 2008, que el Gobierno refleja una clara tendencia a la confrontación con los medios de comunicación, a quienes acusa de proteger a los "grupos concentrados de la economía" y de formar parte de algún intento de "conspiración" contra Cristina Kirchner.

Además de la puja con los dirigentes rurales, el ex presidente Néstor Kirchner mostró su rostro más virulento en los más de 3 meses en los que duró el pleito entre el campo y el Gobierno.

Durante su gestión ya había mostrado signos de cierto desprecio al periodismo, sin conceder una sola conferencia de prensa y siendo muy critico de las posiciones editoriales.

Pero desde el conflicto con el campo hubo un antes y un después.

La campaña electoral de junio de este año tuvo casi como protagonista excluyente la relación del poder con los medios.
El famoso "¿Qué te pasa Clarín?", de Kirchner, inmortalizado luego por un capó cómico de Marcelo Tinelli, fue apenas una risueña muestra de las agresiones que desde entonces el Gobierno lanzó contra los medios y en especial contra el grupo Clarín.
En los actos de campaña era moneda corriente ver carteles de la JP Evita con la inscripción "Clarín Miente" y en esa misma época aparecieron carteles con esa misma leyenda en distintas receptorias del diario.

El 22 de agosto, casi dos meses después de la derrota electoral de Néstor Kirchner, hubo una intimidación directa a los directivos del Grupo Clarín en su vivienda, y 3 días más tarde hubo un ataque a la corresponsalía de Rosario.

Las pegatinas contra el Grupo fueron cada vez más corrientes, al tiempo que el Gobierno apuró al Congreso para la aprobación del proyecto de Ley Medios.

De nada importaron los cuestionamientos del arco opositor y de organismos internacionales.

La Ley de Medios pasó casi sin problemas por Diputados y el Senado y le permitió a Néstor Kirchner reposicionarse políticamente tras la dura derrota y la pendiente en la cual entró desde el 28 de junio.

Fue una apuesta a todo o nada, donde una vez más los legisladores del kirchnerismo desfilaron por todos los programas defendiendo la ley y agrediendo a Clarín.

En el medio de ese debate hubo otro episodio grotesco, de cierta relación con los violentos bloqueos a las plantas de impresión de Clarín y La Nación.
En un mega operativo, la AFIP lanzó un operativo de intimidación contra la redacción del diario en la calle Tacuari con más de 100 inspector en las calles.
El episodio terminó con una escena dantesca:
el propio titular del organismo, Ricardo Etchergaray dijo que desconocía quién había ordenado el operativo.
Por último, esta semana recrudeció la tensión con los operativos de intimidación de Pablo Moyano, hijo del líder de la CGT, Hugo Moyano.

El antecedente inmediato fue en noviembre de 2008, cuando unos 200 manifestantes que portaban banderas con la cara de Hugo Moyano bloquearon durante casi tres horas las plantas de impresión de los diarios Clarín y La Nación.

Decían pedir mejores condiciones salariales y la efectivización de empleados de empresas de distribución que no son periodísticas ni tienen relación con ninguno de los diarios.

Esto se volvió a repetir esta semana con más violencia y un despliegue masivo de camioneros.

Todo con la lógica de los militantes K.