jueves, 5 de noviembre de 2009

LA GUERRA POR LOS 1500 MILLONES

DEL PLAN ARGENTINA TRABAJA
Enfrentados con la alianza D’Elía - Milagros Sala, los piqueteros antiK amenazan con el estallido.

El corte de la Avenida 9 de Julio es la punta del iceberg de la lucha interna desatada entre los mismos grupos piqueteros.
Los recientes cortes de accesos a la Capital, los bloqueos a una docena de hipermercados y la operación de ayer y antes de ayer en la 9 de Julio, la llevan adelante el Frente Darío Santillán, MTD Aníbal Verón, MTR y Barrios de Pie -chavistas- la Corriente Clasista y Combativa (CCC) maoísta y el MTL (Partido Comunista).
Se trata de un espectro ideológico heterogéneo que ahora tiene algo en común.
El gobierno está reduciendo los planes sociales que ellos administran y a la vez el Ministerio de Desarrollo Social no les da una participación importante en el Plan Argentina Trabaja, que totaliza 1500 millones de pesos.
El discurso público de los piqueteros antiK es que el gobierno ha delegado la instrumentación del Plan en los intendentes y que éstos los marginan para favorecer a sus aparatos clientelistas.
Pero la realidad es que Julio De Vido y el intendente de Florencio Varela, Julio Pereira, les transmitieron a los intendentes del conurbano las instrucciones de Kirchner: que le den amplia participación a Luis D’Elía en la distribución de las cooperativas de trabajo.
Simultáneamente, la nueva estrella del firmamento piquetero, Milagro Sala, habría acordado días atrás con CFK la participación de Tupac Amaru en el nuevo botín de los 1500 millones.
Las recientes declaraciones de la “gobernadora” de Jujuy admitiendo que recibe de Alicia Kirchner casi 10 millones por mes irritaron aún más los ánimos de los piqueteros rebeldes.
Sospechas
Ahora, los piqueteros antik estarían convencidos de que está en marcha un plan para desarticularlos.
Señalan, por ahora en voz baja, que el objetivo del gobierno es entregarle cada vez más recursos a Tupac Amaru y a la FTV de D’Elía para que éstos desarticulen a los demás grupos.
El objetivo de Kirchner sería disciplinar a los movimientos piqueteros para que se incorporen obedientemente a la estrategia electoral del gobierno, ahora centrada en fortalecer al PJ.
No es una empresa fácil, porque el crecimiento de la pobreza, la marginalidad y la inseguridad hacen que los sectores más postergados se vuelquen hacia las organizaciones más rebeldes.
La réplica
Los antiK saben que su marginamiento de la caja del gasto social sería el prólogo de su muerte política.
La escalada de cortes cada vez más espectaculares lleva implícita la amenaza de un estallido social para la segunda o tercera semana de diciembre.
“Si sacamos la gente a la calle para saquear, Kirchner se va a dar cuenta de que D’Elía no le sirve para nada”, deslizó ayer un dirigente de la Aníbal Verón.
El gobierno juega con fuego y debe optar:
si quiere desarmar a los piqueteros fuera de control se expone a la represalia del estallido.
Si en cambio negocia, el aparato piquetero anti K seguirá creciendo gracias a los fondos de los contribuyentes.
En el medio de marchas y contramarchas entre estas opciones se va desarrollando el conflicto.
Pero siempre en una línea ascendente, porque cada episodio es más grave que el anterior y en los comunicados de prensa de los antiK acaba de aparecer la expresión
“utilizaremos cualquier método de lucha