lunes, 16 de noviembre de 2009

LA LEALTAD DE MOYANO

UN ACUERDO POLÍTICO GARANTIZADO POR 4700 MILLONES
La lealtad de Moyano está garantizada por el control de la APE

Además, el camionero permitió que Kirchner siguiera sin pagarle a los gremios el Fondo de Redistribución Solidario.

Hugo Moyano acaba de recuperar -a través de la designación de Hugo Sola- el manejo de la Administración de Programas Especiales, que administra 1.000 millones de pesos, en su mayor parte destinados a otorgar reintegros para terapias contra el cáncer, el Sida, otras enfermedades graves y transplantes.
Pero el Tesoro le debe a las obras sociales sindicales 3700 millones de pesos del Fondo Solidario de Redistribución, que se deberían repartir antes de fin año, pero que el gobierno quiere utilizar para cubrir otras prioridades.
La deuda se generó a partir de que Graciela Ocaña se negó a cumplir con la obligación legal de distribuir el remanente del Fondo que les corresponde a los sindicatos, cumpliendo órdenes de Néstor Kirchner y Alberto Fernández.
El gobierno sigue sentado sobre esa caja y el menos perjudicado es precisamente Moyano, que tiene 180.000 afiliados con sueldos altos y además el manejo discrecional del APE, así que no va a tener problemas de fondos.
Para los demás, incluyendo a los gordos, la situación es distinta.
Recién ahora, presionado por la situación, empieza a ceder parte de esos fondos.
Este cuadro explica que la relación del gobierno con el camionero siga siendo estrecha.
El secretario general de la CGT sólo se preocupa por su gremio y por el grupo de sindicatos de su palo, a los que arregla con el APE.
Y los demás se quedan sin nada.

Los sindicalistas discriminados -empezando por los gordos, con Armando Cavalieri y Oscar Lescano a la cabeza- ven en el accionar de los piqueteros de ultraizquierda, en los sindicatos de fábrica o en los delegados de Metrovías que se quieren desligar de la UTA, un peligro real para el actual modelo sindical.
No les falta razón, ya que estos sindicalistas de base reclaman más aumentos de salarios y más condiciones de trabajo que el sindicalismo tradicional y originan paros y piquetes que lo único que hacen es molestar a la gente.
Sin bien Juan Belén, el líder metalúrgico y secretario adjunto de la CGT, no utilizó las palabras convenientes, tampoco estuvo desacertado en los conceptos: hay grupos vinculados a la IV internacional que no descalifica a nadie y es evidente que la CTA con sus paros salvajes de maestros y estatales hacen muy difícil la vida en la Argentina.

Moyano, atado ahora Olivos porque Kirchner le entregó la APE, prefiere en realidad convivir con la CTA.
Ésta tiene en común con los camioneros su metodología de paros salvajes, ataques a los medios de comunicación y permanente agitación en la calle.
Un estilo que los gordos, por ejemplo, dejaron atrás en la década del 70, porque durante el gobierno de Raúl Alfonsín el sindicalismo realizó 13 paros generales pero no se movilizaba casi diariamente como hacen ahora los combativos.
Y a partir de la llegada de Carlos Menem, fue difícil ver una calle cortada por activistas sindicales.