miércoles, 20 de agosto de 2008

TUCUMÁN CUNA DE LA INDEPENDENCIA SEPULCRO DE LA SUBVERSIÓN

“(…) Como el apóstol San Pablo, podría el militar afirmar de sí mismo: “Cotidie morior, mi vida es un cotidiano morir”. ¡Morir por los otros, morir muriendo en la prosa cotidiana ofrecida en holocausto por los hermanos! ¡Morir, siquiera “en intención”; morir, incluso, por los que ignoran el amor; por los que odian el amor! ¡Hora propicia, la que está viviendo el Ejército Argentino, para comprender cómo el cristiano puede –¡y debe!-, santificarse en la vida militar! Porque la santidad es Dios. Y Dios es amor.
¡OJALÁ LO COMPRENDAN DE VERAS,
LOS MILITARES ARGENTINOS!”.
1975, Mons. Victorio Manuel Bonamín, Pro Vicario de las FF. AA.

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