jueves, 9 de julio de 2009

EL CIUDADANO UNIFORMADO POZZI

“Las posibles situaciones que se puedan generar a futuro [en el marco de la defensa nacional] y que van a tener que ver con cuestiones tales como alimentos, energía, regiones escasamente pobladas y altamente productivas en materia de agua, lejos de ver la realidad con pesimismo, nos exigen a todos y en particular a nosotros como “ciudadanos uniformados”, a transmitir el compromiso con la defensa nacional instalándolo en la sociedad como un concepto esencialmente cultural….”

Luis Alberto Pozzi, j.e.m.g.e., ciudadano uniformado
La Argentina es una caja de sorpresas.

Siempre hay algún iluminado que descubre cosas que nosotros, los seres comunes, creíamos que eran postulados inmutables.

El militar virtual Pozzi ha descubierto que él es, fundamentalmente, un ciudadano uniformado.

Concepto que probablemente crea que lo convierte automáticamente en un ser simpático, despojado de majestuosidad y factible de ser invitado a “Gran Cuñado”.

Si el ciudadano uniformado Pozzi supiera que un Soldado es esencialmente un Ciudadano no habría descendido a las ciénagas del ridículo.

No conozco a ninguna madre de soldado que luego de parirlo le haya puesto pañales verde oliva.

Ese color viene después.
Viene luego de profundas meditaciones – quizás alguna vez él las tuvo - donde el hombre al que su empeño lo lleva a ser militar sabe que por esa divina locura llamada vocación tendrá una vida de privaciones, de desarraigo y, por que no, dado los tiempos que corren, de asechanzas tortuosas e injustos maltratos.

Y no obstante, no cejará.

Probablemente, esta revelación que ha estallado en la cabeza del ciudadano uniformado Pozzi con la fuerza de un cohete disparado por un instalaza se deba a múltiples razones.

Una de ellas quizás sea que el creía pertenecer a una banda armada, pensamiento al que han contribuido con pasión los integrantes del poder político al que sirve pero concepto del que quizás se sienta salvado por las sabias enseñanzas que recibe a diario de la ministro de defensa y de la comparsa “intelectual” que la acompaña y así, se haya dado cuenta que, si antes era un “matón de uniforme” hoy se ha redimido como “ciudadano uniformado”.

Pero dejemos de preocuparnos por las elucubraciones del uniformado Pozzi que son atributo de su conciencia y vayamos a sus actitudes como ciudadano y jefe del Estado Mayor General del Ejercito (título demasiado castrense para un ciudadano uniformado), más concretamente al mensaje que el uniformado Pozzi envía a los comandos y unidades como introducción a las palabras de la ministro de defensa y del cual podemos extractar dos párrafos.
Dice el ciudadano Pozzi que los problemas futuros tendrán que ver con los alimentos pero ni una palabra se ha escuchado, al menos como sugerencia, cuando el poder ejecutivo decidió quebrar la producción de alimentos en un gesto simpático de revancha contra la “Oligarquía Agropecuaria” que hará que en el 2010 la Argentina tenga que importar carne, trigo y leche.

O cuando el desbastado cerebral que maneja el País como una estancia obligó a los mandos castrenses a malvender sus animales para que al menos por un día – durante el paro agropecuario - Liniers pareciera rebosar de vacas.

Otra de las preocupaciones del jemge parece ser el agua.

Se ha instalado en el inconciente ciudadano que en el futuro un litro de agua potable valdrá mucho más que un barril de petróleo, pero no se ha escuchado al jemge decir al menos una oración por la pérdida de nuestros glaciares ya que la presidente decidió vetar la ley que los protegería vaya a saber por que, ni tampoco renegar contra nuestros vecinos que saquean el acuífero “Guaraní”.

En el mismo párrafo habla también de la energía.

Por vergüenza ajena ni siquiera lo tengamos en cuenta.

El ciudadano Pozzi es el único que no sabe que si hoy no hay cortes de energía en el País no es porque el “genio” que se sienta en el ministerio de planificación nos haya llevado al autoabastecimiento, es sólo porque la producción industrial ha caído de tal forma que hasta nos sobra electricidad.

De todo su mensaje podemos inferir que el ciudadano uniformado Pozzi es un buen alumno.
Habla de las cosas que a sus mandantes les gusta oír, se hace eco del discurso pacifista elucubrado por ignorantes y no se preocupa del nivel de armamentos que tienen nuestros hermanos del cono sur, que aunque no lo crea, o la ministro le diga que no piense en eso, siguen desarrollando hipótesis de guerra con la República Argentina.
Seguramente él, al igual que sus patrones deben haber sido los únicos que no escucharon a Lula da Silva decir que: “para Brasil, la capacidad militar efectiva es una condición indispensable a fin de transformarse en una potencia.
Brasil debe encarnar la grandeza que Dios le otorgó al crear el mundo”.
Y también los únicos que no leyeron el “report” del International Institute for Strategic Studies de Londres de octubre de 2007 donde se aseguraba que el problema de Chile para ocupar la Patagonia era la falta de una fuerza – en número – que luego pudiera mantener la ocupación ya que “con los medios de defensa con que cuenta la República Argentina, Chile podría alcanzar las costas atlánticas en veinticinco días”.
El ciudadano Pozzi se esmera en superar a quienes con velocidades variables, pero sin pausa, han contribuido a la destrucción del Ejército Argentino y en general de las FF.AA. Nada tiene que envidiar con sus lacayunas actitudes a Balza o a Vendini, pero como ciudadano uniformado será condenado por dos cosas.
Como UNIFORMADO por no saber interpretar el auténtico honor y dignidad que la abrumadora mayoría de sus subordinados conserva pese a todas las dificultades que se les oponen, ya que estos han esperado con ansias pero en vano que su jefe simplemente ejerciera el mando para el que fue investido sin esperar el viático obsceno que gratifica diariamente su indecorosa capitulación.
Y como CIUDADANO por haber obviado que lo primordial en el ejercicio de la ciudadanía es respetar, y HACER RESPETAR LA CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES, y nada de esto él ha hecho.
Contra lo que dice la Constitución y las leyes cientos de Oficiales y Suboficiales del Ejército Argentino y de las Fuerzas Armadas han sido abandonados en penales federales sin proceso y sin defensa.
Ya que no se anima como jefe del estado mayor del ejército a protestar contra este desprecio a las leyes, al menos como CIUDADANO el uniformado Pozzi debería hacer que se cumplan las leyes con esos camaradas que ganaron una guerra cruel y que con su heroísmo nos evitaron un destino de lacayos.
P.S.: Hay palabras que se deberían haber escrito con mayúsculas.
NO ES ERROR, ES SÓLO DESPRECIO.