Parafraseando a Machado podemos afirmar que hay una Argentina que muere y una Argentina que bosteza.
Hay una Argentina que muere de dolor viendo a sus jóvenes bajo el influjo de las drogas y la autodestrucción, hay una Argentina que muere en las calles de nuestras capitales asaltada y asesinada por jóvenes enloquecidos y hay una Argentina que muere en los ocultos rincones bajo el efecto de la sobredosis sin atención alguna.
Hay una Argentina que bosteza despreocupada porque la droga aún no golpea su puerta, hay una Argentina que bosteza indiferente desde los estrados judiciales y hay una Argentina que bosteza inmutable en los sillones del poder.
Sebastián García Díaz ha quedado fuera por decir verdades crudas, verdades que gritan centenares de padres desde la propia Provincia de Córdoba, que se repiten con crudo eco en todo el País.
Córdoba ha matado al cartero en forma cobarde traicionando su propia historia, esa provincia que se jactó de ser otrora, la que cambiaba el rumbo político de nuestra Nación cuando alzaba su voz.
El Secretario de Lucha Contra las Adiciones y el Narcotráfico de la Provincia de Córdoba fue obligado a dimitir, pero ya seremos gobierno aquellos que elegimos la familia en lugar del veneno que las destroza, ya nos tocará decidir a nosotros poner tras las rejas a los narcotraficantes y a quienes desde el silencio y la complicidad permiten éste genocidio.
Como muestra de respeto y admiración a Sebastián García Díaz, enviamos junto a la presente nota periodística, el claro informe de García Díaz que acongoja, entristece y abruma, mientras escuchamos el ruidoso bostezo de los que deberían accionar.
Claudio Izaguirre Presidente Asociación Antidrogas de la República Argentina
Extracto del informe presentado al gobernador sobre situación de la lucha contra el narcotráfico en Córdoba.
El Secretario de Prevención de la Drogadicción y Lucha Contra el Narcotráfico, Sebastián García Díaz, remitió al Gobernador un informe alertando sobre el crecimiento del narcotráfico en la Provincia, la “fabelización” de algunos barrios y la necesidad de exigir al Gobierno Nacional -con el mismo énfasis con que se está reclamando otras urgencias- un Plan de Lucha contra el Narcotráfico.
El plan debe contemplar un radar para la zona norte de la Provincia de Córdoba, Legislación adecuada tanto de fondo como en los procedimientos, una Unidad de control preventivo de las rutas del país, fiscalías especiales para la Justicia Federal y una Fuerza Federal de Elite responsable de perseguir a los grandes narcotraficantes.
a. Balance en Prevención, Asistencia y Lucha contra el Narcotráfico.
A diez meses de haber aceptado la oferta de hacerme cargo de la creación de esta Secretaría, vale un balance del plan de acción que se está implementando y remarcar los factores críticos para seguir adelante.
Hemos logrado avances importantes en la Sistematización de la Prevención de la Drogadicción, tanto desde el punto de vista Institucional-Educativo, a través de la instrumentación del Programa Quiero Ser en las Escuelas Primarias, como en la organización de la comunidad a través de la Red Social de Prevención Córdoba Libre, ambos con proyección provincial.
No hemos tenido iguales resultados en lo que hace a la asistencia a adictos, más allá de los esfuerzos que hemos realizado desde la Secretaría por canalizar las inquietudes de los que se han contactado con nosotros.
Sin embargo, la ley nos brinda una competencia sólo de coordinación y no de acción directa.
El trabajo de coordinación que hemos llevado adelante con el Ministerio de Salud, todavía no arroja, en este sentido, resultados objetivos para la ciudadanía.
Urge avanzar en un Sistema Complementario de Becas de apoyo para tratamiento de adictos sin recursos ni cobertura social en centros privados y organizaciones no gubernamentales, mientras extendemos la respuesta desde la órbita pública, a escala provincial.
Mi mayor preocupación está concentrada, sin embargo, en los pocos avances realizados en lo que respecta a la Lucha Contra el Narcotráfico en Córdoba.
Más allá de los esfuerzos positivos que hemos hecho en conjunto con la Policía de Córdoba, por canalizar de forma ordenada las denuncias anónimas que puede hacer la ciudadanía, a través del 0-810-888-3368, hay una necesidad imperiosa latente de exigir al Nivel Federal -a los poderes correspondientes- la decisión de luchar contra el narcotráfico con otra escala y otra profundidad.
b. Necesidad de exigir un Plan al Gobierno Nacional
En esta materia el territorio provincial se ve profundamente afectado por la falta de políticas públicas eficaces desde la órbita federal.
Ha llegado la hora, en ese sentido, de presionar al gobierno nacional, con la misma firmeza con que lo hacemos por otras cuestiones, también respecto a este tema.
Urge instrumentar un Plan Nacional para combatir las redes de narcos que se están apoderando paulatinamente del país.
Las señales que se reciben, por ahora, desde el Estado Nacional son muy confusas.
No es un tema menor el reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia que declara inconstitucional la penalización de la tenencia para consumo y que ha supuesto un duro golpe.
En primer lugar a la propia tarea de prevención, por las distorsiones que produce el mensaje despenalizador en los miles de chicos que tenían esa barrera legal como un límite a su curiosidad por experimentar. En igual medida a la Lucha contra el Narcotráfico, puesto que deja abierta la puerta para que -aprovechando la confusión entre el simple tenedor y el comercializador al menudeo- se multipliquen los jóvenes vulnerables enlistados para el microtráfico impune.
Pero la cuestión no se agota en ese fallo. La oferta de droga crece en forma exponencial en todo el territorio nacional (es importante que desde Capital Federal no circunscriban su mirada sólo al Gran Buenos Aires).
Mientras cada provincia haga lo que pueda, no estaremos dando una respuesta adecuada a la escala del problema.
Para tener una idea, me circunscribo a Córdoba.
Si calculamos que a esta altura ya existen unos 5.000 puntos de venta de drogas en la Provincia hablamos de por lo menos unos 40.000 kilos, sólo de marihuana, al año para proveerlos.
Esta cifra nos da la pauta del esfuerzo que debemos hacer para aspirar a dar un golpe certero al tráfico de estupefacientes. Si la multiplicamos por todas las provincias, el cálculo se vuelve alarmante.
c. Necesidad de Radar en la zona norte de Córdoba
Por aire están aterrizando todos los días del año avionetas de vuelos clandestinos en nuestro territorio provincial con total impunidad.
Para controlarlo necesitamos del gobierno federal, el largamente prometido Radar con la tecnología adecuada, a ser instalado en la zona norte de Córdoba.
Las noticias indican, sin embargo, no sólo que no tendremos novedades en este sentido, sino que además es irregular el funcionamiento del radar que ya existe en la Provincia de Misiones.
Hablamos de 220 vuelos ilegales diarios que se calcula ingresan por dicha frontera norte y que aterrizan en más de 1.000 pistas clandestinas.
Si se decidiera un rápido avance en el proceso de radarización, a la par es preciso que los legisladores nacionales aceleren la sanción de una Ley de Derribo, normativa básica para poder realizar un control efectivo de esos vuelos.
No tener esa herramienta de amenaza a los que no obedecen la señal de aterrizar es una razón suficiente para que los narcos se nos “rían en la cara”.
d. Legislación adecuada respecto a Lavado de Dinero, Vínculo con otros delitos y tráfico de drogas de diseño
No es la única asignatura pendiente por parte de nuestros representantes legislativos.
Urge que los Diputados y Senadores nacionales avancen en mejorar las regulaciones necesarias respecto a Lavado de Dinero.
Argentina cuenta con una legislación al respecto, pero casi no se registran condenas.
Lo mismo respecto a los vínculos del Narcotráfico con otras redes de delitos como la Trata de Personas, que está afectando seriamente la zona sur de nuestra Provincia de Córdoba
Un capítulo especial debe ser dedicado al creciente tráfico de drogas de diseño y sus precursores químicos.
Si no preparáramos la legislación y la estructura de control a este nuevo formato de comercialización de estupefacientes, en breve nos convertiremos en referencia a nivel regional y mundial sobre la materia.
En nuestra provincia, se ha dado el vergonzoso caso en el 2009, de atrapar a un hombre que traficaba más de 120.000 pastillas ilegales, quedando en libertad a las 48hs por falta de una normativa que castigue como corresponde el delito.
Lamentablemente, el cierre de las sesiones de este año en el Congreso Nacional, no arrojó novedades sobre ninguna de estas cuestiones.
e. Necesidad de una Unidad de Control Preventivo
Por tierra, las fronteras del país son demasiado flexibles.
Además de un control fronterizo más eficiente, necesitamos instrumentar un Sistema de Postas Móviles en todas las rutas del país, similar a la tarea de la Policía Caminera de Córdoba, que ha dado excelentes resultados.
Una propuesta de este tenor ha sido elevada a la Policía de la Provincia de Córdoba por nuestra Secretaría, para controlar al menos las rutas de la provincia.
Al final de cuentas, no importa por donde ingrese la droga, en algún momento se traslada por carretera.
La creación de esta unidad requiere, sin embargo, la inversión en scanners de última generación, personal capacitados y asistencia de canes y otras herramientas tecnológicas.
Su potencial lo justifica.
Por Ferrocarril no hay controles efectivos, y tampoco lo hay en lo que llega por Correo Postal, ni por tránsito de Personas.
Esta Unidad de Control Preventivo, también debe extender su competencia en forma paulatina a estos otros canales críticos de ingreso de droga al país.
En definitiva, es urgente desarrollar divisiones de las fuerzas de seguridad con capacidad y recursos suficientes para realizar tarea preventiva y disuasoria en todos los frentes, más allá de las estructuras que dispongamos para la acción de investigación directa y persecución.
f. Necesidad de fortalecer la Acción Federal en la Provincia.
La Justicia Federal, no sólo en Buenos Aires sino en cada distrito, requiere ser provista de una fiscalía exclusiva en la materia.
O al menos el Poder Nacional debe brindar el equipamiento y la escala necesaria para dar respuesta.
La cantidad de personas y los recursos con los que cuentan hoy las fiscalías locales no resultan adecuadas para liderar el proceso de investigación y captura.
La Policía Federal, más allá del valor de sus hombres, concentra su mayor efectividad en la Capital Federal y a esta altura es un insulto para los provincianos que tengamos a la mayoría de sus efectivos haciendo tareas ordinarias en la Ciudad de Buenos Aires, en lugar de concentrarse en investigar y perseguir delitos complejos de órbita federal, con equipamiento y recursos humanos, adecuadamente distribuidos en todo el territorio nacional.
Las policías provinciales están desbordadas, en su asistencia diaria a la Justicia Federal, por la lucha contra los “kiosquitos” de venta de droga que los vecinos denuncian alarmados y que se multiplican como hongos en los barrios.
Este año la Policía de la Provincia de Córdoba ha elevado los procedimientos a una cifra histórica de 1.736 pero en un porcentaje mayoritario se trata de este tipo de vendedores al menudeo.
¿Quién está concentrado en investigar y atrapar a los narcotraficantes principales en Argentina?
Hoy la respuesta no es clara y determinante.
Las investigaciones grandes, que llevan dinero, esfuerzo, tiempo y perseverancia, no son dirigidas ni recompensadas por ningún poder directivo concreto que tenga los recursos suficientes.
Crear esta instancia es prioridad uno.
En verdad lo que se necesita es una Fuerza Nacional de Elite, dispuesta y capaz de liderar el proceso de investigación y persecución de las redes de narcotráfico a nivel federal.
Esta fuerza, o surge de la propia Policía Federal o se crea una instancia nueva con este objetivo.
g. Necesidad de mejorar las herramientas tecnológicas
El sólo hecho de observar el Centro de Escuchas Telefónicas -de órbita nacional- que funciona, por ejemplo, en Córdoba nos puede dar una idea de lo burocrático que supone llevar adelante las investigaciones complejas, dado que las escuchas telefónicas son la principal herramienta que se utiliza, al menos en nuestra jurisdicción.
h. El problema más grave: la “fabelización” de los barrios
No puedo terminar sin remarcar el modo en que las redes de narcotráfico se han instalado en barrios de todo el país (no sólo en el Gran Buenos Aires).
En Córdoba ya operan en forma incipiente como carteles, subordinando a la comunidad a su propuesta económica y a su dinámica de funcionamiento ilegal.
¿Podemos ver impávidos como repetimos el proceso de Río de Janeiro, de Juarez o de Calí?
En estos casos, las intervenciones judiciales y policiales que utilizamos en Argentina para casos puntuales pierden eficacia.
Sólo una acción de alto impacto policial, coordinado con todas las fuerzas de seguridad del país, puede proteger los derechos de las familias que todavía no han caído en la subordinación a los narcotraficantes, pero que sin embargo se sienten desamparadas frente al fenómeno.
Ni siquiera la intervención social preventiva o asistencial es suficiente en la zona -lo he comprobado personalmente- si no somos capaces de dar una respuesta contundente en el castigo a los narcos que operan con total impunidad en el sector.
En este sentido, sin embargo, estamos obligados a redoblar los esfuerzos de coordinación para que la acción social y comunitaria que lleva adelante el Gobierno de Córdoba en estos barrios no aparezca como esfuerzos aislados y fragmentados.
Nuestra propuesta es crear un Comité Interministerial, encargado de sistematizar y acelerar las soluciones que se requieren a nivel social en cada uno de estos barrios muy comprometidos con el narcotráfico.
Pero insisto en que, aún siendo eficaces en esta respuesta, todavía queda por desarrollar herramientas de alto impacto para desbaratar las bandas que operan en esos barrios.
i. Conclusión
La Policía de Córdoba ha incorporado nuevos efectivos a la Dirección de Lucha contra el Narcotráfico, nuevo equipamiento y móviles.
La difusión del 0-810-888-3368 seguirá ayudando a sistematizar la información que acerca la ciudadanía, sin la presión de tener que hacerlo en forma personal.
Pero si, desde la órbita federal, no recibimos novedades sobre estos aspectos de urgencia, será difícil revertir el proceso de crecimiento de las redes de narcotráfico que operan en nuestra Provincia y en particular en los barrios de las principales ciudades de Córdoba.
Por ese motivo, solicito autorización para peticionar ante los organismos nacionales pertinentes -ejecutivos, legislativos y judiciales- a los fines de solicitar avances en cada uno de estos puntos, así como volver a intentar convocar a todas las instituciones con asiento en Córdoba que están involucradas en la Lucha contra el Narcotráfico, para consensuar la importancia de exigir estas políticas y decisiones aquí resumidas, conformando un Consejo de Lucha contra el Narcotráfico.
Mientras tanto, nuestra Secretaría seguirá concentrando sus esfuerzos en la tarea de prevención y en lograr avances en lo que respecta a asistencia a adictos.
Pero la expectativa de la ciudadanía es que podamos controlar no sólo la demanda sino también la oferta que crece con impunidad.
Sin otro particular, saludo a Ud con mi más distinguida atención y quedo a sus órdenes para ampliar este resumen en los aspectos que considere menester.
Sebastián García Díaz
Secretario de Prevención
de la Drogadicción y Lucha
contra el Narcotráfico
de Córdoba