domingo, 21 de septiembre de 2008

SOLDADO Y MARTIR

Atado con cadenas sus tobillos y muñecas en un estrecho pozo enrejado, hasta donde no llega la luz, yace desde hace un año el Teniente Coronel D ARGENTINO DEL VALLE LARRABURE.

La falta de sol, la humedad, la insuficiente iluminacion y las multiples torturas, han afectado profundamente su capacidad fisica, para ubicarlo ya muy proximamente a la muerte.

No obstante su voluntad y espiritu no han claudicado; se mantienen como desde el primer minuto de su cautiverio: fiel a su Ejercito y a su Patria.

Pareciese que su martirio ha fortalecido aun mas su amor y respeto por todo aquello que hizo de el un hombre orgulloso de su familia y Oficial modelo entre sus camaradas.

De sus captores encapuchados, sabe a traves de sus aptitudes y sus palabras que no estan movidos como el por su tradicion cristiana y por la historia argentina; hablan de una patria socialista que responde a vocaciones e intereses espureos.

Por ello, como una contestacion a sus designios y cuando las fuerzas fisicas amenazan con llegar al final, el Teniente Coronel LARRABURE, se fortalece a si mismo y ataca y ofende a sus verdugos entonando las estrofas del Himno Nacional.

Tambien lo estimulan en su lucha permanente las imagenes ejemplares de Valor, que aun retiene de aquel 10 de agosto de 1974 en Villa Maria (Cordoba), en la Fabrica Militar de Polvora y Explosivos.

La actitud del Teniente Coronel OJG que teniendo su casa rodeada por los delincuentes que a gritos lo conminaban a la rendicion y pese a una indisposicion fisica, se levanto de su lecho, empuño su arma y contesto con el ¡fuego! Junto a el e imitando su actitud, lo acompañaba su esposa, compañera hasta en el combate, y una y fiel valiente empleada.

Ejemplo sin lugar a dudas inolvidable para 3 niños que lo contemplaban con los ojos engrandecidos y mudos de incompresion.

Recuerda al valiente Capitan RAG que sorprendido mientras cenaba, como el, no tuvo ninguna oportunidad para empuñar el arma y demostrarles a los delincuentes como sabe combatir un soldado del Ejercito Argentino.

Esposado fue arrojado dentro de una camioneta fuertemente vigilada.

El Capitan G estaba dispuesto tambien, si la ocasion se ofrecia a cambiar, Libertad por Muerte; aprovechando un segundo de descuido, pudo desatar sus manos, liberarse, descender del vehiculo y correr escasos metros, hasta caer gravemente herido por los disparos de sus captores; retomado fue abandonado mas tarde en total estado de inconciencia, ante la creencia de que estaba muerto.

El final se acerca, no hay claudicaciones: NO a ningun ofrecimiento que vulnere el honor; SI a cualquier sacrificio para mantener la dignidad del hombre y de soldado.

Y en el silencio de esa cueva convertida en sepultura, con esa fuerza inconmesurable de los benditos de DIOS de aquellos que han dado orgullosa y dignamente su vida por el hombre y por la Patria, resono la voz, grave y fuerte como nunca, del Teniente Coronel D ARGENTINO DEL VALLE LARRABURE, soldado y martir:

¡ Oid mortales, el grito sagrado
Libertad, Libertad, Libertad!

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