lunes, 5 de julio de 2010

¿ QUIEN ES ENRIQUETA ESTELA BARNES DE CARLOTTO ?‏

Nacida en 1931, L.C. 3.102.995, docente jubilada, presidenta del grupo activista “Abuelas”, Enriqueta Estela Barnes de Carlotto, tal su nombre completo, fue compañera y amiga de Marta Bignone (hermana del general Bignone) en la Junta de Calificación Docente de las escuelas Laines de la Provincia de Buenos Aires.

Según declaró en el juicio a las juntas militares (16/05/85), en 1977 se entrevistó con el Gral Bignone (entonces Secretario Gral. del Ejército), en la casa del militar en Castelar (la misma que tiempo después fue destruida por una bomba terrorista).

La mujer dijo saber entonces “perfectamente” que sus dos hijas militaban clandestinamente en las filas del terrorismo, y que “ya había asumido resignadamente tal problema”.

(Lo que también declaró en esa oportunidad, pero que luego se cuidó bien de difundir es que su yerno es hermano de María Claudia Falcone, terrorista montonera idealizada en “La noche de los lápices”, ejemplo claro de la mentirosa propaganda subversiva tal cual se demostró en los envíos del 23 y 30/06/04.

Y todo queda en familia…).

Pese a su postura activista, existe la certeza de que no pudo ser nunca abuela: a mediados de los 70, llegó a un cumpleaños de la hermana de Bignone sumamente compungida porque “su hija casada no podía tener familia”.

Se refería a su hija Laura.

(El hoy ex-marido de esa hija sí tuvo hijos con su nueva pareja).

A fines de 1977 denuncia la desaparición de Laura Estela Carlotto (montonera, nombre de guerra Rita), sin mencionar ningún estado de embarazo.

(Esto consta en el Legajo CONADEP, caso número 2085, incorporado formalmente al expediente de la Causa judicial iniciad por el juez Bagnasco).

En agosto del 78 le fue entregado el cadáver de esa hija.

Según sus dichos, la entrega del cuerpo fue “algo inusual: lo entregaron el mismo día de su muerte”.

En declaraciones muy posteriores a la CONADEP comenta una “información anónima” recibida en Abril de 1978, según la cual su hija estaba embarazada.

Para demostrar la existencia de un nieto, suele decir:

“Yo vi a Laura.

Vi los huesitos de Laura.

Por los huesitos de la pelvis, supe que había sido mamá”.

Ahora, si el cadáver de su hija le fue entregado “el mismo día de su muerte”, sólo vio los restos óseos después, al realizar una autopsia… que se hizo pasado muchísimo tiempo, autorizada por el juez Ortel y dirigida por el científico norteamericano Clyde Snow y la colaboración de estudiantes argentinos de arqueología.

Sin embargo, esa autopsia no pudo demostrar la maternidad de la terrorista muerta.

Esta mujer parece adepta a hacer comentarios con una peculiar imaginación, sin asidero y/o prueba alguna.

A David Blaustein -director de la película propagandística Botín de Guerra-, le dijo “los apropiadores del Ejército elegían a los varones y los policías a las nenas.

Los milicos querían la continuidad de la raza, los policías a las nenas…”)

(Diario Río Negro, 11/6/2000). La realidad, que consta en la causa originalmente ante el juez Bagnasco, es que en el caso Carlotto no hay testimonios ni evidencias sobre embarazo, parto y sustracción de menor, no hay cuerpo del delito y no se aplica inversión de la prueba.

Dos testigos sólo afirman haber visto a la mujer luego de un presunto parto que no les consta.

La jueza Servini de Cubría, -a cargo en su momento del caso Carlotto, ya que Bagnasco llevó la parte del presunto plan sistemático- intentó demostrar que el hijo de un general era “el nieto de la Carlotto”.

Pese a las críticas de la presunta “abuela”, el director de la clínica que hizo el ADN mantuvo su dictamen favorable al general.

Nunca se habló más del asunto, pese a la espectacular difusión inicial; como el caso de Mar del Plata en el 2000:

sensacionales denuncias, personal de la Armada detenido, y luego un manto de silencio cuando el ADN probó que eran todos hijos verdaderos de los marinos…

Debe recordarse que esa misma causa, y pese a los esfuerzos mediáticos de insertar en la sociedad la mentira de “500 niños desaparecidos”

(aunque sólo existen 230 denuncias), comenzó procesando 194 casos de chicos supuestamente apropiados, que la Cámara de Apelaciones anuló todo lo actuado, por lo cual Bagnasco procesó nuevamente, pero sólo 34 casos, que la Cámara redujo -por falta de pruebas- a los 22 casos actuales bajo proceso.

VEINTIDOS, sobre los QUINIENTOS que la Carlotto alega.

A principios de 2002, “Abuelas” ya había recibido subsidios.

Hoy sigue recibiendo dinero del gobierno de Italia, del de Alemania, del de Francia

(a la Carlotto se la vio muy alegre en la fiesta que la embajada de Francia hizo este último 14 de julio de 2004) y de muchos ingenuos y/o malintencionados más.

Al no ganar el premio Nobel de la Paz para el que “Abuelas” fuera propuesto en 2001, Carlotto comentó:

“Quizá se lo dieron a Koffi Anan por el rol que se espera cumpla la O­NU en esta guerra tan injusta…”

(La Razón, 19/11/01), calificando así de “injusta” a la guerra contra el terrorismo.

Sin embargo, no se priva de aceptar las invitaciones de la ONU (estuvo en Ginebra, en la Asamblea de DDHH), ni los premios que le otorgan (copa, medalla y… cheque!).

Con esto de la memoria, la Carlotto parece “recordar” cada vez más cosas. Así como no denunció el supuesto embarazo de su hija en su momento, recién el pasado marzo incriminó judicialmente al ex arzobispo Antonio Plaza, diciendo que este participó personalmente de una entrevista en la cual se le pidió al marido de la Carlotto dinero para interceder por su hija terrorista desaparecida

(la otra presta hoy servicios en un organismo oficial de DDHH, en tanto su único hijo varón es Secretario de DDHH de Felipe Solá).

Según ella, “era una suma enorme, tanto que para obtenerla, dijo “hubiésemos tenido que vender absolutamente todo lo que tenemos”.

(El Civismo, Luján, 20/03/04).

Si esto fuera cierto, y aceptando la repugnancia que genera un pedido de rescate, la pregunta es,

¿su hija no valía “todo lo que tenemos”?

Claro que todo esto es denunciado cuando monseñor Plaza ha fallecido, lo mismo que su propio marido; es decir, no hay testigos de la veracidad de sus dichos.

Nada es casual o improvisado en la vida de esta señora.

¿Se acuerdan del caso del Padre Grassi y la Fundación Felices los Niños?

(otro “cajoneado”, no sea que se conozca la verdad…).

El caso fue fraguado por Telenoche Investiga, programa en el que trabajaba la montonera Miriam Lewin.

La Lewin fue quien buscó los falsos testigos (hoy amenazados por no querer seguir acusando a Grassi) y la que “armó” el programa (por esta razón fue despedida de ARTEAR -Canal 13-; ahora miente en América TV, en Punto.Doc…); esta montonera arma el tema, y recibe el caso del juez Meade… que figura en la lista de desaparecidos de la Conadep, y de la que dijo que no se excluyó porque para él era un honor estar en esa lista (¡un juez de la Nación!!!!!

Otra que Argibay…);

bien, ¿quién aparece al poco tiempo ofreciendo hacerse cargo de la Fundación de Grassi para que “los chicos no queden sin cuidado”?

Sí, la inefable abuela Carlotto.

Por supuesto, la Fundación no sólo “viene” con los 6000 chicos que estaban bárbaro con el Padre Grassi (o sea, 6000 cerebritos para lavar…),

sino también con los millonarios subsidios y donaciones que permitían la obra de Grassi!!!!!.

¿Casualidad?

No parece…

Desde la llegada del montonerismo al Gobierno, la Carlotto se ha vuelto más mediática que de costumbre.

Pero mucha exposición también es peligrosa, tal cual demuestran estas noticias:

Noticia 1:

“El abogado Emilio Guillermo Federico Nazar, especialista en Derechos Humanos y director del diario Pregón de La Plata, indicó que “la justicia debería demostrar si el nieto de Estela de Carlotto existe o es una mentira”.

De esta manera, Nazar hizo referencia a la presentación, que en 2001, había efectuado ante la Unidad Funcional de Instrucción Nº 3 de Dolores, para que ésta se expidiese sobre la existencia o no del nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, quien aún no ha recibido ninguna respuesta efectiva.

En diálogo con Agencia NOVA, Nazar acusó a Carlotto de llevar adelante una lucha que, según sus propias palabras, “no le corresponde”.

Asimismo hizo mención a que, “de comprobarse la inexistencia de su nieto nacido en cautiverio, las reuniones mantenidas en el Vaticano con el Papa y su candidatura a la obtención del Premio Nóbel de la Paz, quedarían injustificadas”

(cable de la agencia Nova, del 13/05/04). Pese a la seriedad de la denuncia, sigue durmiendo en el escritorio de algunos de nuestros ejemplares magistrados…

Noticia 2:

“Otros elementos del conflicto son las disensiones entre grupos de madres:

las que rodean a Bonafini se oponen a las que prohíja Horacio Verbitsky, y todos ellos contra Estela de Carlotto, un fallo inminente podría obligar a Carlotto a devolver 10.000 pesos por desmanejo en las cuentas, de lo cual Carlotto acusa a Gabriela Cerrutti, del grupo Verbitsky.”

(La Nueva Provincia, 24/03/04). Como era de esperar, el asunto “desapareció” de los medios…

El abogado actual de Estela Carlotto es Ramón Torres Molina (DNI Nº 5.176.035), ex-diputado por el FREPASO-Alianza, ex dirigente del peronismo revolucionario (terrorista), autor del proyecto de ley que permitió la libertad de los terroristas de La Tablada, CONDENADO POR DOBLE HOMICIDIO Y ROBO DE BANCOS, puesto en libertad por la Ley de Amnistía de Mayo de 1973 (que liberó a miles de terroristas ya juzgados y en espera de juicio).

Todo lo expuesto nos remite a conocidos axiomas y refranes: “Todo queda en familia”,

“Miente que algo queda”,

“Dios los cría y ellos se juntan”,

“Tal para cual”, etc.

La cruda realidad es que gente como la falsa abuela Carlotto tiene acceso directo al presidente montonero, influye en las decisiones referidas a la Educación y a la Legislación para nuestros hijos menores, tiene injerencia en los asuntos jurídicos y vaya a saber qué más.